Hey, ho! Día de branding y en el More nos lo tomamos muy en serio. Tanto que te traemos un artículo súper chulo y un nuevo episodio de Inside, nuestro Podcast, para que puedas escucharlo cuando más te apetezca. Sólo por ser tú ❤️🔥
La generación millennial fue la última en emocionarse con un PDF bien maquetado.
Con la aparición de nuevas herramientas, como Canva o Figma, el campo del diseño se ha democratizado, haciendo que la hegemonía de Adobe vaya descendiendo.
Y la compañía lo sabe.
Por eso, ha decidido reorientar su marca con un rebranding pensado para reconectar con los nuevos perfiles creativos: más ágiles, más colaborativos, más digitales desde la cuna.
El encargo fue para Mother Design, y la premisa era clara: no romper, sino refinar. El resultado es un lavado de cara sutil pero significativo.
La icónica «A» de Adobe abandona su caja para convertirse en un símbolo más flexible, usable y adaptable a los nuevos tiempos. A veces vive sola. A veces integrada en el nombre. Pero siempre con intención de hacerse ver.
Uno de los cambios más notables es la introducción del «Adobe Lens», un recurso y sistema gráfico que funciona como marco visual en contenidos, productos y comunicaciones.
Esta «lente» enmarca el contenido como si el software estuviera diciendo: «Esto es creatividad en su forma más pura, cortesía de Adobe». El nuevo sistema refuerza consistencia sin sonar rígido.
En el terreno tipográfico, han rediseñado su familia Adobe Clean junto a MCKL Type para ofrecer una fuente propia, moderna y con personalidad. Ésta se convierte en el idioma visual único para todos sus productos, reforzando unidad sin perder diferenciación.
También simplifican su paleta cromática: el rojo sigue mandando, pero lo hace acompañado únicamente de negro y blanco. Más contundente, más reconocible.
Este rebranding se extiende por todas las plataformas y se integra en el sistema Spectrum, la arquitectura de diseño que da coherencia a toda la experiencia de usuario.
Desde la interfaz de Photoshop hasta los mensajes promocionales, Adobe quiere que se note que ha puesto orden, estilo y músculo visual.
¿Es una revolución? No. Pero sí una declaración. Adobe no quiere solo ser recordada por haber enseñado a editar con capas.
Quiere seguir siendo la herramienta de referencia en un universo creativo que ya no trabaja solo en pantallas de 27 pulgadas, sino también desde móviles, nubes y en comunidad.
Y en esa transición del escritorio a la era colaborativa, toda marca necesita algo más que filtros bonitos: necesita una identidad con voz propia.
Adobe lo sabe. Y ha afinado la suya.
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