⌚ ¡El ticker cambia de hora! Lo tendréis mañana a las 08:30 en vuestro email. Pero, tranqui, ¿cómo íbamos a dejaros sin nada? No somos tan malos 🥰
Las pymes son el corazón económico de cualquier país. Motor de empleo, innovación y cercanía. Han demostrado que pueden sobrevivir a casi todo: pandemias, inflación, burocracia… pero no siempre a un ciberataque.
En el ecosistema digital, donde los ciberdelincuentes afinan más que nunca el disparo, estas empresas se han convertido en el objetivo más fácil: bajo presupuesto, poco personal técnico y mucha sobreconfianza.
A pesar de representar el 99% del tejido empresarial y generar más del 60% del empleo, sus defensas digitales siguen siendo, en muchos casos, de papel.
Lo preocupante es que el 60% ni siquiera tiene una estrategia definida. Y eso, en 2025, es como dejar las llaves de la oficina puestas en la puerta.
El ransomware y el phishing se han profesionalizado, y lo hacen apuntando justo donde más duele: la continuidad del negocio. Un simple ataque puede significar días sin facturar, fugas de datos o multas por incumplir normativas básicas.
Vale, Gabo, ¿y qué soluciones me das a todo esto? Te enumero, colega:
Adopta una estrategia activa y no reactiva. Es decir, esto es un problema de verdad, que puede causarte daños importantes. Dale la importancia que merece y cambia el chip.
Forma a tu tropa. Es importante que tu equipo conozca lo que puede ocurrir y estar preparados para actuar y que no cunda el pánico.
Plantéate activar una seguridad escalable. Que no te asuste el término. No es difícil. Se trata de tener a punto firewalls, antivirus actualizados, contraseñas decentes, sistemas de doble autenticación y copias de seguridad periódicas.
Lo esencial. Si lo haces bien, no necesitas hipotecarte para estar seguro.
Espero que te haya servido de ayuda. Ya nos comentas en nuestro perfil de LinkedIn qué te ha parecido 😄