SoberanIA: Por qué la IA genera desequilibrio de cómputo entre naciones y entre CC.AA.
GEO+TECH | Solo 100 empresas, principalmente en Estados Unidos y China, representan el 40% de la inversión mundial en esta tecnología
Hey ho! La inteligencia artificial se ha convertido en un instrumento de la geopolítica mundial y es ya uno de los vectores de crecimiento más relevantes a nivel global.
Le he pedido a Sergi Barros, de Stration, la geopolítica hecha newsletter, que se venga aquí, al More, a contarnos algo más de la brecha de cómputo.
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Mírate, si puedes, el reportaje que publicó ayer el New York Times. Sus periodistas cuantifican este desequilibrio: solo 32 países en el mundo tienen centros de datos capaces de soportar los modelos de IA más exigentes.
El resto —más de 150 naciones— carecen de la infraestructura básica para competir en la economía digital.
El mapa de la desigualdad tecnológica
Estados Unidos y China concentran más del 90 % de los centros de computación de alto rendimiento para IA. En Europa solo hay seis. En África y América del Sur, prácticamente ninguno. Esa disparidad limita las opciones de desarrollo en regiones enteras y agrava las dependencias ya existentes.
En esta economía, el acceso al cómputo se ha convertido en una nueva forma de poder.
Los países sin infraestructura propia deben alquilarla a terceros, lo que encarece los costes y añade nuevas barreras legales, técnicas y estratégicas. A eso se suma la fuga de talento, que se traslada allí donde hay capacidad para entrenar y desplegar modelos de última generación.
Otros actores no quieren quedarse atrás
Brasil ha empezado a invertir en infraestructura soberana. India subsidia el acceso a la computación y está desarrollando modelos en lenguas locales. La Unión Europea también ha anunciado programas para reducir su dependencia de gigantes tecnológicos extranjeros. Pero son excepciones, no norma.
Cerrar esta brecha no depende solo de la tecnología. Exige inversión pública, formación en capacidades digitales y alianzas internacionales que prioricen el acceso equitativo. Porque si el futuro será digital, lo lógico sería que no fuese solo para unos pocos.
Otra vez la España a dos velocidades… (de cómputo)
Comunidades como Aragón, Madrid o Cataluña están sabiendo sentar las bases de una economía digital y de conocimiento.
En la región del Pilar, Microsoft y AWS se han comprometido cerca de 22 000 M € en desarrollos alrededor de Zaragoza; Blackstone suma otros 7 500 M € y ACS planea un complejo de 150 MW en La Puebla de Alfindén.
Comunidades como Navarra y La Rioja, que también reúnen condiciones energéticas, territoriales y logísticas muy favorables están, por el contrario, perdiendo competitividad regional y agudizando la tendencia decreciente de sus inversiones privadas.
Es lo que tiene la falta de visión institucional o el déficit de iniciativa política. Que genera déficit de cómputo en las economías regionales.