No solo baloncesto: por qué los inversores andan locos por comprar equipos
🏀 IT'S BIZ | La venta de los Lakers por parte de la familia Buss a Mark Walker activa el atractivo de la NBA para fondos e inversores. "Son un vehículo de inversión bastante top", dicen los que saben
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Hey ho! Si te digo que pienses en una empresa familiar, nunca me dirías los Lakers. Pero sí, además de un club de la NBA, han sido un negocio de la familia Buss.
La familia que dirigió durante décadas ha cerrado estos días un acuerdo con el empresario Mark Walter por 10.000 millones de dólares. Sí, has leído bien. Diez mil millones. Así, sin despeinarse.
Esta venta ha confirmado el interés que despierta para fondos e investments. ¿Por qué? Porque los equipos de élite son marcas globales, activos financieros de primera línea, con cifras que ya no caben en una calculadora de las normales.
Cada vez es más evidente que los grandes equipos no son solo clubes: son ecosistemas de negocio. Tienen audiencias globales, presencia en múltiples mercados, derechos audiovisuales, acuerdos con marcas, plataformas digitales propias y una narrativa potente que mueve millones cada semana. Invertir en un equipo así es como entrar en un fondo con proyección, comunidad y diversificación automática.
Lo resume bien Rafael Méndez, experto en economía del deporte: «La venta de los Lakers evidencia la consolidación de las franquicias deportivas como activos de inversión de primer nivel».
Detrás de estos movimientos hay algo aún más interesante: la transformación del deporte en vehículo financiero.
Los inversores miran al deporte como una opción sólida, rentable y con riesgo controlado. ¿Por qué? Porque las franquicias bien gestionadas tienen flujos de ingresos estables, audiencias fieles y una capacidad brutal para generar engagement, datos y retorno.
Cada partido es un producto multimedia. Cada camiseta, una licencia internacional. Cada jugador estrella, una plataforma de comunicación con millones de seguidores. Todo eso suma valor. Y ese valor se cotiza.
Por eso esta venta no es solo noticia deportiva. Es un hito financiero. Marca un precedente que probablemente eleve el precio de otras franquicias y que, al mismo tiempo, revaloriza todo el sector.
Este tipo de operaciones también abre la puerta a nuevas formas de participación. Porque no todo se reduce a comprar un equipo completo. Cada vez hay más oportunidades de entrar en este mercado a través de acciones minoritarias, fan tokens, acuerdos publicitarios estratégicos o productos financieros vinculados a rendimiento deportivo o expansión digital. La clave está en entender que el deporte ya se gestiona como una industria de inversión.
Lo que acaba de pasar con esta operación es una señal clara para el mercado: las franquicias deportivas han dejado de ser pasiones locales y se han convertido en instrumentos financieros globales. Su valor no se mide ya solo en campeonatos, sino en márgenes, audiencias, acuerdos y expansión. Quien invierte en ellas no busca un trofeo. Busca rentabilidad, posicionamiento y estrategia.
¿Habrá mas triples de este estilo? Alguno entrará fijo. Porque si los Lakers valen 10.000 millones, imagina lo que podrían llegar a valer otros gigantes del deporte mundial si entran por el aro.